miércoles, 29 de mayo de 2013

Hay penas y penas...

Un mal comienzo... suele tener un mal final y esto es asi

Siento que mi vida es injusta: multas, cada vez tengo menos amigos, mi vida sentimental es una mierda, mi familia se tambalea, los estudios los llevo mal, la gente me sustituye... ahora mismo si muriese creo que la gente se daria cuenta por el olor. Todo el mundo que se interesa por mi es por interes, nadie me valora por quien soy, por como soy, solo soy esa chica de la que podemos tirar siempre que necesitamos, pero oye como si se opera... buscamos a otra. Me siento sola, deprimida, hundida y parece que cuanto peor me va, mejor le va al resto. Tienen ilusiones, aspiraciones... yo ya no tengo nada, solo salud y tengo que dar las gracias por ello. No aguanto las injusticias, no pido mucho... solo pido fuerza para seguir adelante con la cabeza alta y los ojos secos. No pido una pareja rica, ni dinero, ni amigos porque no tendre a muchos pero tengo al mejor que puedo tener.
Quiero ser feliz, aprender a ser feliz conmigo misma pero nunca lo he sido, siempre he sido esa niña q parece pancha, gorda, fea y sin tetas. He llegado a hacer lo impensable por tener un buen cuerpo pero... he llegado a tener miedo de mi misma por las cosas de las que era capaz de hacer. No puedo mas, no puedo mas

Es la primera vez que todo se me desestructura

miércoles, 14 de septiembre de 2011

4:30, 14 de Septiembre del 2010



La gente, nosotros, estamos acostumbrados a decir: este ha sido el peor día de mi vida… tonterías, yo, hasta hace un año hacia de un grano de arena un desierto… me arrepiento de todos los días desaprovechados, llorando por tonterías, por cosas que de verdad no valían la pena. El 14 de septiembre me di cuenta de que de verdad pocas cosas importan, no valía la pena estar mal por gilipolleces y me di cuenta de que nunca mas seria la misma. Faltaba ella, su voz, sus abrazos, sus besos tan peculiares, su olor, su cabezonería… la alegría de la familia, el pilar de todos nosotros… Aquella persona que sin ella ahora mismo mi familia no existiría, ni yo misma estaría aquí, mi abuela.
A ella la tengo que dar las gracias por hacerme tal y como soy.
No sabes lo raro que se me ha hecho no recibir tu llamada el día de mi cumpleaños, ni decirte las notas, ni esa nochebuena, ni esa primera llamada del año… el llegar a tu casa y escuchar mi nombre en tu boca con esa sonrisa, esos besos y esas ganas que tenias de que comiera…. Como me esta costando poner este texto en pasado…
Creo que hay una parte de mí que no se lo cree… que cuando salgo de tu casa todavía mira por esa ventana esperando a que te asomes para despedirnos… Nunca sales…
Todo esto es diferente, ya nada es igual… todos hemos cambiado… Nunca había visto a mi familia llorar, personas tan fuertes… derrumbadas… no es justo.
Hay gente que me decía que era normal… no te pudiste ir así de repente… yo no pedía mucho… quería estar unos pocos mas de años contigo, no pensaba que llegaría el final de esa manera ni tan rápido.
Como me gustaría sentarme a tu lado y decirte que he aprobado todas, que mi hermana sigue feliz con su pareja, Sergio ya anda, mi primo tiene trabajo, que todos estamos bien, se que lo sabes, estas con nosotros, nunca nos has abandonado pero… ya no es lo mismo, ya no puedo tocarte, ni abrazarte, ni besarte, ya no puedo.
No se que decirte ni que hacer… no puedo hacer nada… pero si vieras mis lagrimas te podría decir todo lo que siento ahora.
También quiero aprovechar este tablón para dar las gracias a mis amigos, a aquellos que no les importo poner el hombro en ese momento tan difícil para mi, para mi familia porque ha sido lo peor que nos ha pasado y el merito que han tenido en seguir adelante cada día, de verdad que no he podido nacer en una familia mejor.

Y seguirán pasando los años, seguiré recordándote todos los días, llorare cuando lo necesite y siempre te echare en falta pero este es el primer año de muchos otros que vendrán y quiero que sepas que aunque pase el tiempo SIEMPRE te recordare y siempre te sentiré a mi lado pase lo que pase.
Te quiero y te echo de menos